viernes, febrero 24, 2006

Wikipedia

Maravillosa invención. Prueba de que aún a gran parte de la humanidad no le disgusta colaborar. Un ideal comunista que se alcanza en el punto ecuménico del capitalismo.

Internet, Universo, Respuesta

Internet. En boca de todos, ya sean elogios o diatribas. Sin embargo, creo que no comprenderemos el "rol" que este fenómeno cumple, al menos hasta dentro de mucho tiempo. El otro día escuché en un canal de cable decir, a un estudioso del tema, que la internet es como el universo: está en "constante expansión, e igual que el universo (y esto es lo más aterrador), no se conocen sus verdaderas dimensiones, y éste es un tema que recién ahora se comienza a investigar". No tan metáfora, no tan "es como": la identificación es casi completa; la internet es, en cierta (gran) forma, un universo.

Lo que quiero destacar es que se podría pensar lo mismo de otros medios de "comunicación", pero la gran innovación aquí es que el estímulo que recibe el sujeto produce una respuesta, insignificante quizá, en todo el sentido de la palabra, pero lo cierto, lo real es que esa respuesta tiene una resonancia, en lo infinito de este universo.

¿Quién responde? El Otro (el modo en que yo entiendo esta idea). Este Otro es todos y no es nadie, es el que sabe todo, nos lo dice todo y no nos dice nada. Un ejemplo claro son los foros: las respuestas que se pueden recibir a una pregunta son de las más variadas, y la cantidad resulta muchas veces abrumadora. Esta cantidad hace que los que responden, que existen como sujetos reales (su individualidad), se pierdan. La gran suma, mezcolanza, conforma un sujeto, nuevo, pero que ya estaba ahí; es la suma de todos los retazos de los discursos, es contradictorio, y es unívoco a la vez.

Entonces, esta interacción puede ser dañina si no es entendida en toda su significación: el sujeto es ahora capaz de "hablar con el Otro"; un diálogo, que resulta muchas veces improductivo, otra varias no, pero al fin y al cabo es un problema de imposición, de poder: porque el Otro es más. ¿Cómo se puede escapar de esto? Creo que rescatar la subjetividad, en este mar que uno navega, es un paso. Varios fatores a rescatar: la individualidad, el no-anonimato, la idea y la opinión no tomada como producto en serie, sino rescatada en toda su originalidad.

No es que esté en contra de la internet, tampoco a favor. Prefiero conservar un poco el escepticismo. Todo esto me huele muchas veces demasiado rebañego.

lunes, febrero 20, 2006

Maniqueísmo de la psique

¿Por qué será que pensamos dualmente? Todo se reduce al sí o al no. ¿Estructura inherente al ser humano -su esencia-? Quizá. Sin embargo, el único lugar desde el que creo yo que se puede pensar esta cuestión, es desde un sano historicismo (o genealogía, aquella palabra ha si muy vapuleada).

Creo que Kant arrojó la semilla, pero esta no germinó hasta muchos años después. Nietzsche realiza la "verdadera" crítica. Los valores no existen, el hombre interpreta y da valores. El objeto en Kant -la cosa en sí-, de la cual se apropia el hombre, es refundado, amoldado, pero no como lo creía Kant. Él, en vez de aventurarse, se queda feliz con su intachable sistema intemporal.

Sin embargo, Nietzsche elimina el "ideal", porque lo ideal es moral, la filosofía es moral, el mundo es una gran interpretación moral, y no queremos ver que más allá del bien y del mal están la verdad y la mentira en sentido extramoral, el nihil, la inmoralidad. El inmoralista no es el que actúa en contra de lo establecido, es el que denuncia el origen de lo establecido, su mentira.

Foucault toma a Nietzche, y nos dice que al fin de cuentas, no existe más que interpretaciones. También aventura otras hipótesis: el límite del hombre es el lenguaje, la finitud, el discurso, la naturaleza polémica -el poder-. Sin embargo, parece no haber un fin último, una esencia.

Porque nuestro dualismo tan propio parece responder a una ontología. Y si planteamos la ontología de nuestro ser, nuestra esencia, no podemos que hacer más que quedarnos cortos con la respuesta que demos. Por ello mismo, creo que quizá la finitud podría constituir una buena respuesta a la pregunta del ser del hombre. Ahora, proferida la palabra, comienza la interpretación, ad infinitum...

sábado, febrero 18, 2006

Creación

En 1654, el obispo James Usher, basándose en profundos estudios de cronología bíblica, anunció que la "Creación" tuvo lugar el jueves 26 de Octubre del año 4004 a.n.e., a las nueve de la mañana, presumiblemente hora de Greenwich.

De las moscas del mercado

¡Huye, amigo mío, a tu soledad! Ensordecido te veo por el ruido de los grandes hombres, y acribillado por los aguijones de los pequeños.

El bosque y la roca saben callar dignamente contigo. Vuelve a ser igual que el árbol al que amas, el árbol de amplias ramas: silencioso y atento pende sobre el mar.

Donde la soledad acaba, allí comienza el mercado; y donde el mercado comienza, allí comienzan también el ruido de los grandes comediantes y el zumbido de las moscas venenosas.

En el mundo las mejores cosas no valen nada sin alguien que las represente: grandes hombres llama el pueblo a esos actores.

El pueblo comprende poco lo grande, esto es: lo creador. Pero tiene sentidos para todos los actores y comediantes de grandes cosas.

En torno a los inventores de nuevos valores gira el mundo: - gira de modo invisible. Sin embargo, en torno a los comediantes giran el pueblo y la fama: así marcha el mundo.

Espíritu tiene el comediante, pero poca consciencia del espíritu. Cree siempre en aquello que mejor le permite llevar a los otros a creer - ¡a creer en él!

Mañana tendrá una nueva fe, y pasado mañana, otra más nueva. Sentidos rápidos tiene el comediante, igual que el pueblo, y presentimientos cambiantes.

Derribar - eso significa para él: demostrar. Volver loco a uno - eso significa para él: convencer. Y la sangre es para él el mejor de los argumentos.

A una verdad que sólo en oídos delicados se desliza llámala mentira y nada. ¡En verdad, sólo cree en dioses que hagan gran ruido en el mundo!

Lleno de bufones solemnes está el mercado - ¡y el pueblo se gloría de sus grandes hombres! Estos son para él los señores del momento.

Pero la hora los apremia: así ellos te apremian a ti. Y también de ti quieren ellos un sí o un no. ¡Ay!, ¿quieres colocar tu silla entre un pro y un contra?

¡No tengas celos de esos incondicionales y apremiantes, amante de la verdad! Jamás se ha colgado la verdad del brazo de un incondicional.

A causa de esas gentes súbitas, vuelve a tu seguridad: sólo en el mercado le asaltan a uno con un ¿sí o no?

Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.

Todo lo grande se aparta del mercado y de la fama: apartados de ellos han vivido desde siempre los inventores de nuevos valores.

Huye, amigo mío, a tu soledad: te veo acribillado por moscas venenosas. ¡Huye allí donde sopla un viento áspero, fuerte!

¡Huye a tu soledad! Has vivido demasiado cerca de los pequeños y mezquinos. ¡Huye de su venganza invisible! Contra ti no son otra cosa que venganza.

¡Deja de levantar tu brazo contra ellos! Son innumerables, y no es tu destino el ser espantamoscas.

Innumerables son esos pequeños y mezquinos; y a más de un edificio orgulloso han conseguido derribarlo ya las gotas de lluvia y los yerbajos.

Tú no eres una piedra, pero has sido ya excavado por muchas gotas. Acabarás por resquebrajarte y por romperte en pedazos bajo tantas gotas.

Fatigado te veo por moscas venenosas, lleno de sangrientos rasguños te veo en cien sitios; y tu orgullo no quiere ni siquiera encolerizarse.

Sangre quisieran ellas de ti con toda inocencia, sangre es lo que sus almas exangües codician - y por ello pican con toda inocencia.

Mas tú, profundo, tú sufres demasiado profundamente incluso por pequeñas heridas; y antes de que te curases, ya se arrastraba el mismo gusano venenoso por tu mano.

Demasiado orgulloso me pareces para matar a esos golosos. ¡Pero procura que no se convierta en tu fatalidad el soportar toda su venenosa injusticia!

Ellos zumban a tu alrededor incluso con su alabanza: impertinencia es su alabanza. Quieren la cercanía de tu piel y de tu sangre.

Te adulan como a un dios o a un demonio; lloriquean delante de ti como delante de un dios o de un demonio. ¡Qué importa! Son aduladores y llorones, y nada más.

También suelen hacerse los amables contigo. Pero ésa fue siempre la astucia de los cobardes. ¡Sí, los cobardes son astutos!

Ellos reflexionan mucho sobre ti con su alma estrecha, - ¡para ellos eres siempre preocupante! Todo aquello sobre lo que se reflexiona mucho se vuelve preocupante.

Ellos te castigan por todas tus virtudes. Sólo te perdonan de verdad - tus fallos.

Como tú eres suave y de sentir justo, dices: «No tienen ellos la culpa de su mezquina existencia». Mas su estrecha alma piensa: «Culpable es toda gran existencia».

Aunque eres suave con ellos, se sienten, sin embargo, despreciados por ti; y te pagan tus bondades con, daños encubiertos.

Tu orgullo sin palabras repugna siempre a su gusto; se regocijan mucho cuando alguna vez eres bastante modesto para ser vanidoso.

Lo que nosotros reconocemos en un hombre, eso lo hacemos arder también en el. Por ello ¡guárdate de los pequeños!

Ante ti ellos se sienten pequeños, y su bajeza arde y se pone al rojo contra ti en invisible venganza.

¿No has notado cómo solían enmudecer cuando tu te acercabas a ellos, y cómo su fuerza los abandonaba, cual humo de fuego que se extingue?

Sí, amigo mío, para tus prójimos eres tú la conciencia malvada: pues ellos son indignos de ti. Por eso te odian y quisieran chuparte la sangre.

Tus prójimos serán siempre moscas venenosas; lo que en ti es grande - eso cabalmente tiene que hacerlos mas venenosos y siempre más moscas.

Huye, amigo mío, a tu soledad y allí donde sopla un viento áspero, fuerte. No es tu destino el ser espantamoscas.

Así habló Zaratustra.

Also sprach Zarathustra, Ein buch für Alle und Keinen, Friedrich Nietzsche

La mediocridad tiene nombre: se llama periodismo mediático. Pido perdón a los verdaderos periodistas que se encuentran allá afuera, pero al igual que en cualquier disciplina, es lo común que la regla sea la chatura. El caso de los psicólogos, lo conozco por experiencia. Ahora...

Aprovechando que estaba de vacaciones con mi familia, descansado de las "mismas", eché un vistazo al noticiero que el 13 emite alrededor de las 9 am. En ese momento me pregunté, ¿por qué, habiendo tanto periodista inteligente en nuestro país, existen porquerías como esa bazofia de noticiero? Aún más, ¿por qué se da todo lo contrario, y esas porquerías se encuentran por doquier, constituyen la regla?

Repetitivo hasta el hartazgo, especulativo, ruidoso, agitado; sus palabras taladran los oídos, penetran hasta la corteza cerebral, y se internan. Y lo único que nos queda es un dolor de cabeza. El mareo, (¿la náusea?), a un mundo confuso, más confusión. Y existen dos clases de confusión ( y el infinituum que se ecuentra entre ambas), y esta es definitivamente la mala.

Tal y como dijo Nietzsche...

sábado, febrero 04, 2006

La cuestión no está en encontrar lo absoluto, sino en evitar lo relativo. Perspectivismo.