jueves, enero 26, 2006

Variété légale

Existen conflictos en toda sociedad, es inevitable. Quiero tomar un ejemplo: la discriminación. Esa cosa que todos parecieramos estar de acuerdo en que es malo, sin embargo... A veces pareciera que es imposible frenarlo. ¿Cuál es su origen, se preguntan algunos? ¿Será una característica inalienable de nuestra condición humana (demasiado humana) el discriminar? Teorías antropológicas, sociológicas, psicológicas acuden a aclararnos el panorama. Pero esto no me importa realmente, esta génesis ideal, esta suerte de deificación del hombre. Prefiero, siguiendo a Foucault, pudenda origo, orígenes humildes. Ese es mi apriori, por ahora...

Es gracioso el remedio al que recurre la sociedad: las leyes. La famosa igualdad de derecho, esa ficción en la que todos estamos de acuerdo vivir. Pareciera ser el mal menos peor. Volviendo entoces al problema "real" de la discriminación, racismo, etc. Algunas posibilidades con respecto a la configuración y estrategia de las formas jurídicas, su rol y funcionalidad:

-Opción 1: Esa solución a medias, menos que medias, que son las leyes, se asemejarían a los manotazos que lanza el hombre que se ahoga, abrumado por la marea. Campañas de aprendizaje, concientización, bombardeo mediático, pedagogos, humanistas, etc, se sumarían a las leyes para combatir el "flagelo de la discriminación". Así, el enemigo más odiado aparece como algo casi indestructible, y en su avance, lentísimo, el Progreso va acabando con la barbarie que significa discriminar (recordemos que Hitler perdió la guerra: como si no nos lo recordaran lo suficiente).

-Opción 2: Si hay leyes es por algo. Si no funcionan como deben es por algo. Si coexisten desde hace tanto tiempo con lo que deberían combatir es por algo, por la configuración estratégica que adquieren las formas jurícas en el mapa de poder. "Estaría bien" en ese caso que sigan existiendo esa clase de injusticias, en el sentido -justamente- de que esas contradicciones encuentran, de esa manera, un sentido.

-Opción 3: Todo lo anterior cierra demasiado bien. Quizá la primera aparezca como una teoría neurótica, la otra como una paranoica. Sin embargo, son sólo dos ideas entre otras tantas, que se entrecruzan, intercambian elementos, se entremezclan; no las encontraremos, en general, en su estado puro.

A modo de conclusión, entoces, algo me queda más o menos claro. Y es que las leyes no sirven, resolver las cosas por derecho es el último recurso, a lo que se llega cuando no hay nada que hacer, una solución grosera. No eliminar el factor derecho, sino reducirlo y pensarlo como lo que verdaderamente es: una solución, quizá medio improvisada, quizá bien enmarcada, pero, al fin y al cabo, una invención.
Y nada más.

Filosóficamente hablando.

martes, enero 24, 2006

Re-anudo la escritura.

Ruptura espistemológica... quizás...