Nada es blanco o negro. En realidad todo es gris. Pero ese gris no es la mera combinación del blanco y del negro. Hay algo diverso...

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Es conocida la saña que el Mario Bunge tiene con el psicoanálisis. La entrevista publicada por la revista Ñ de Clarín no nos acerca nada nuevo sobre la posición del fisicomatemático.
Con respecto al debate puntual: del estatus del psicoanálisis dentro de la configuración epistemológica actual, habría primero que discutir qué es ciencia (tarea difícil, sino imposible de realizar "objetivamente") para poder decidir si el mismo psicoanálisis lo es o no; de si el psiconálisis es pseudociencia, si acordasemos con las ocho puntualizaciones de Bunge (lo cual dudo), puedo asegurar que casi todas son al menos discutibles, a saber, por ejemplo que la pseudociencia " no interactúa con ninguna ciencia propiamente dicha": entonces, ¿qué hay de los desarrollos lacanianos basados en teorizaciones de ciencias como la linguística, la matemática y la antropología?; del nivel de agresión, más que gratuito: hablar de "gente inculta e irresponsable que ha estado difundiendo una superstición... comparable a la alquimia". El grado de intolerancia de Bunge vuelve imposible el establecimiento de diálogo alguno.

Por último, dos cosas: es llamativo el constante ataque de Bunge hacia el psicoanálisis, casi parece una fijación (sin ninguna connotación psicoanalítica el término). Y si Bunge está orgulloso de que su hija, estudiante recibida en psicología en Yale y Standford, nunca haya leído a Freud o ni siquiera haya oído hablar de Lacan, eso dice algo sobre su gran intolerancia: la aniquilación del concepto es la idea más anticientífica de todas.

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