lunes, febrero 20, 2006

Maniqueísmo de la psique

¿Por qué será que pensamos dualmente? Todo se reduce al sí o al no. ¿Estructura inherente al ser humano -su esencia-? Quizá. Sin embargo, el único lugar desde el que creo yo que se puede pensar esta cuestión, es desde un sano historicismo (o genealogía, aquella palabra ha si muy vapuleada).

Creo que Kant arrojó la semilla, pero esta no germinó hasta muchos años después. Nietzsche realiza la "verdadera" crítica. Los valores no existen, el hombre interpreta y da valores. El objeto en Kant -la cosa en sí-, de la cual se apropia el hombre, es refundado, amoldado, pero no como lo creía Kant. Él, en vez de aventurarse, se queda feliz con su intachable sistema intemporal.

Sin embargo, Nietzsche elimina el "ideal", porque lo ideal es moral, la filosofía es moral, el mundo es una gran interpretación moral, y no queremos ver que más allá del bien y del mal están la verdad y la mentira en sentido extramoral, el nihil, la inmoralidad. El inmoralista no es el que actúa en contra de lo establecido, es el que denuncia el origen de lo establecido, su mentira.

Foucault toma a Nietzche, y nos dice que al fin de cuentas, no existe más que interpretaciones. También aventura otras hipótesis: el límite del hombre es el lenguaje, la finitud, el discurso, la naturaleza polémica -el poder-. Sin embargo, parece no haber un fin último, una esencia.

Porque nuestro dualismo tan propio parece responder a una ontología. Y si planteamos la ontología de nuestro ser, nuestra esencia, no podemos que hacer más que quedarnos cortos con la respuesta que demos. Por ello mismo, creo que quizá la finitud podría constituir una buena respuesta a la pregunta del ser del hombre. Ahora, proferida la palabra, comienza la interpretación, ad infinitum...