jueves, mayo 18, 2006

Dos planos, un plano, infinitos planos

Hablemos "en serio"... ¿se puede? Quiero decir: yo tengo dos planos, básicamente: el plano de la pavada, el boludeo, lo intrascendetal, y el plano de lo serio, lo solemne, lo doctoral. Creo que la mayoría estaría de acuerdo en esta distinción: si quiero hablar de tonterías, mi tono es relajado, suave, despreocupado, jovial; en cambio, si quiero hablar de "cosas importantes", mi tono va a ser diferente: grave, lento, cereminial.

Esto es lo que veo que pasa en general en el campo del "habla" (en el sentido más Saussuriano posible). Sin embargo, pienso que el oído debería aguzarse, adquirir una sutileza mayor, no en lo importante, sino en lo irrelevante. A saber: no gastar tanta energía en discusiones de altura, argumentativas, o lo que fuere, sino en lo nimio.

La boludez debe ser reivindicada.

Es sólo una forma más de decir lo que ya muchos saben, otros a medias, y... no recuerdo quién fue quien dijo algo así como que la humanidad da vuelta alrededor de dos o tres cuestiones y las plantea al infinito. "No hay hechos, sólo interpretaciones". Todo ha sido dicho alguna vez, quizá... pero pensar así le quitaría el carácter de acontecimiento al pensar (y acontecimiento sin ninguna connotación específica). Después de todo, ¿quién puede asegurar que lo que yo digo ya ha sido dicho, pensado, formulado, esquematizado, perspectivizado, problematizado, inscripto, moldeado, de la misma forma que yo digo lo que digo?

La línea divisoria comienza a borrarse...